B.Caamaño (Diálogos de almohada 1)

-¿Por qué no me dejas en paz de una puñetera vez?
-Quiero que te des cuenta por ti misma de que la vida sigue.
-Vale; he aprendido la lección pero por favor ahora vete ya de mi vida; es demasiado tiempo. No creo que pueda soportarlo mucho más.
-Hija mía, en verdad no sabes hasta que punto los humanos podemos soportar el dolor.
-Supongo que no pero es que no necesito saberlo ahora ¿vale?, quizás en unos años… Pero no ahora. Te lo pido por favor; vete ya.
-Me iré cuando tú quieras. ¿No te das cuenta de que no soy yo quien lo retiene si no tú misma?
-Eso es algo que ya había pensado pero, dime por favor, ¿qué hago entonces?.
-Es que yo no te lo puedo decir. Eso es lo que intento explicarte; tienes que averiguarlo por ti misma. Sólo así lograrás hacerte mujer.
-Es que de verdad que no tengo más fuerzas. Ha sido mucho tiempo, muchas cosas en muy poco tiempo. Si pudiese volver al pasado…
-¿Lo harías?.
-¿El qué?.
-Claro; si pudieses volver al pasado, ¿lo volverías a hacer?.
-Ah, es eso. No.
-¿Estás segura?.
-Sí.
-¿Completamente segura?.
-Estar completamente segura de algo es imposible.
-No lo creas.
-En ese caso… creo que no estoy segura.
-¿Entonces puede que lo volvieses a hacer?.
-¿Qué más da eso ahora?.
-Respóndeme.
-Es que no lo se. Quiero creer que no pero por otro lado…
-Lo ves; estás dudando de un hecho tan simple. Al fin y al cabo entonces no ha podido ser tan malo.
-Pero yo nunca he dicho que haya sido tan malo.
-Sí lo has dicho.
-Bueno, pues si.
-¿Ha sido tan malo o no entonces?.
-Me estás liando. ¿El qué ha sido malo?.
-La situación, vivencia, experiencia.
-Ah eso… es que si no te explicas mejor…
-¿Quieres responderme de una vez?.
-No lo se. Supongo que me ha aportado algunas cosas pero a la vez me ha dolido demasiado.
-¿Y esas algunas cosas que te ha aportado compensan el dolor?.
-No, rotundamente no.
-¿Estás segura?.
-Dios, otra vez con lo mismo.
-Es que permíteme que te diga que yo no lo tengo tan claro.
-Pues vale.
-¿Has llegado a alguna conclusión?.
-Ojalá pero no.
-Ya te he dicho en más de una ocasión que todas las cosas pasan por una razón ¿verdad?.
-Lo se.
-¿Cuál es el problema entonces?.
-Joder; que es que no lo se.
-Pero, ¿por qué eres tan tonta?.
-Y tú imbécil.
-Quiero ayudarte.
-¿Cómo?
-Intentando hacerte entender que no merece la pena.
-Eso ya lo se yo.
-¿Entonces?.
-Es que no es tan fácil ¿sabes?. Estoy demasiado dolida.
-Pero eres más mujer.
-¿Qué cuándo?.
-Que antes de todo.
-¿Eso crees?.
-Si y el día que dejes de lamentarte, lo entenderás. Confía en mi.
-Ya no se en quien confiar.
-Empieza por hacerlo en ti misma.
-¿El qué?.
-Confiar.
-¿En mi?.
-Si.
-Razón de las cosas.
-Ah sí; razón.
-¿Lo has comprendido?
-Quizás.
-Bien; ¿nos volveremos a ver?.
-Supongo ¿no?.
-Depende.
-¿De qué depende?.
-De ti misma.
-Bien.
-¿Seguro que bien?.
-Supongo.
-Después de todo te voy a echar de menos, cabezona.
-¿Te estás despidiendo?
-Está en tus manos.
-Bien; despedido.
…
…
-¿Segura?
-Oh no, no empieces otra vez por favor.
-Pero si eres tú la que no te quieres ir.
-¿Y si esta vez si?
2 comentarios
Ton -
P:D:deja de escribir cosas tan bonitas, si no se va a ver que la única a la que merece la pena leer es a ti, jajaja!
Bicos.
fer -
oyes no te pasara nada chungo
jejeje parece k andas un poco rayada me tienes preocupao jejejejee
no se ueno pa lo k sea aki tamos bikos