Esta mañana fui a correr de nuevo por el paseo del puerto. Confieso que a los diez minutos ya tenía la lengua fuera; quizá fuese porque el viento soplaba más frío de lo habitual y me costase respirar. Me puse las mallas negras que tanto te gustan (ya sabes… esas) y pasé por el refugio que está bajo el mirador, nuestro mirador y nuestro refugio. Confieso que lo hice a propósito pues los kilómetros que le siguieron después fueron mucho más amenos en compañía de esos pensamientos… < Pensé que se me salía el corazón cuando me agarraste de esa forma por la espalda pero al rato, me tranquilizaste, como siempre lo haces. El resto, bueno… ya lo sabes>>. Creo que si una parte me gusta de ti es esa locura que te recorre día tras día las venas y que en el momento hace que me enfade para unos minutos después, acabar rendida a tus pies. Siempre me sorprendes. Le das ese toque que hace maravillosa a la Vida.
Marcos dice que ayer no fuisteis a ver el Dépor al bar. Te acaba de delatar sin darse cuenta; entiendo que sea tu mejor amigo porque es igual de torpe para las sorpresas que tú. Ya se que estás preparando algo por nuestro aniversario y no se porqué, me huele a un par de días en los que nos perderemos por cualquier sitio en el que haya ruidos de animales exóticos de fondo… Deberías de ser más cuidadoso con las cosas que buscas en el “google” ya que todo se sabe, ¡payaso!. Al final uno de los dos tendrá que echar su plan abajo pues yo ya tengo las entradas para ese dichoso partido de la NBA con el que sueñas desde que empezamos a salir; confieso que a mi también me apetece un montón. Tan sólo por verte sonreír… Eso sí, los asientos no van a ser muy allá pues mi sueldo en el bufete es el que es.
Ayer me hiciste pasar la mayor vergüenza de mi vida. Habíamos hablado alguna vez de ello pero más como fantasía que como otra cosa (…). Ahora entiendo porqué siempre alardeas con que hay pocas cosas que tú no te atrevas a hacer. Me hubiese esperado muchas cosas de ti pero esa creo que nunca. Que conste que aunque al principio me asustó mucho que alguien en la mesa se estuviese enterando de lo que pasaba bajo del mantel, llegado un punto me hiciste perder la cabeza y ya no había nadie más que tú y yo en aquel restaurante; bueno, y el mantel, a él también lo veía... De todas formas, sigo pensando que estás loco; loco de verdad. Pero me encantas.
Estoy enfadada contigo y no, no es otro de mis caprichos. Éste al menos, no. Tu “decisión en proceso” como tú la denominas no es algo para hablar sin más en la facultad. No sabes lo que me ha costado sobrellevar el resto del día. Te presentas así, sin más, como cualquier otro día y me sueltas lo de irte con la beca esa al extranjero como quien habla de que prefiere el café sólo que con leche. Lo que me duele de todo esto no es pensar en el hecho de que te vayas pues se que llevas estudiando para que te den esa dichosa beca yo creo que desde que empezaste la carrera, pero que no cuentes conmigo para ello no me parece bien... Si al final sabes que soy la primera en animarte a esas cosas; al fin y al cabo cada uno debe de luchar por sus sueños tío, que llevamos 3 años juntos… Al menos, cuenta conmigo para ello. Eres un capullo, enserio. Por momentos pienso que estar contigo no tiene ningún sentido.
La fiesta en casa de Ana ha sido increíble, deberías de haberte animado a venir. Al principio la cosa estaba algo fría porque la época es mala, pero en cuanto Rober se puso a contar chistes verdes todo se animó y la cosa acabó en despiporre total. Fue como aquel camping en Asturias pero sin los cordones que sujetan a la tienda de campaña que nos hicieron tropezar una y otra vez… Salvo David y Alba a los que les vino el sueño “a contratiempo”, el resto nos quedamos a dormir allí. Yo me desperté esta mañana en la cama de los padres de Ana, con un pijama de Paula y una cerveza en la mano. Al ir a hacer café a la cocina me encontré detrás de la lavadora a Rober que dormía abrazado a una muñeca hinchable (…). Prefiero no pensar. Pero no te preocupes, las fotos están guardadas a conciencia. Además he hecho un pequeño vídeo de cuando se tiró a la piscina en plan “gatocan”. Ya lo veremos todos juntos porque puede ser increíble.
A veces me rió de la gente que dice que a los dos años de relación se acaba el amor. Si es que todavía hoy, 47 años después sigo pensando que eres el hombre de mi vida. Deberías de haberte visto la cara que ponías esta tarde al jugar con la niña de Álvaro en el jardín… Se te sigue cayendo la baba como lo hace también con los niños de María. Y es que eres un pedazo de abuelo. De verdad que por un momento nos vi a ti y a mi, en la casa vieja, enseñándole a María a andar en bici y con nuestros padres observándonos en la mesa de la terraza. La de tiempo que ha pasado… Y curiosamente, me sigues haciendo sentir las mismas cosas… Eres sin duda, el hombre de mi vida y confieso que si hoy volviese a nacer, haría exactamente las mismas cosas que he hecho en mi vida para volver a pasarla entera a tu lado.
Yo sueño, tu sueñas, él/ella sueña… nosotros soñamos, vosotros soñáis, ellos sueñan… Recopilándo cosas de acá y de allá... de uno y del otro... (...) ¿Qué son los sueños?. ¿Hasta que punto son realidad y hasta dónde ficción?. ¿Todo vale para alcanzarlos?. ¿Y si no se llega al final y nos quedamos en el camino? ¿Es malo soñar demasiado? ¿Es más malo no soñar?. Recuerdo que una vez, observando a esa Julia de 3 años que buscaba en el cielo el trineo de Papá Noel, me dije: “esto y sólo esto puede ser la Vida”. Y es que sensaciones como esa, de mirar y sentir que toda la Vida te pertenece, la vivida y la pasada, sensaciones de querer hacer más, de arrepentirse de cosas hechas y a veces también de las que no nos hemos atrevido a hacer, sensaciones como cerrar los ojos cuando vas muy despacito en la bici o sacar la mano por la ventanilla en coche y dejar que el aire te la eche hacia atrás, el olor a café de la mañana, el pasear descalzos por la playa cuando está muy caliente pero no quema, incluso cuando está fría; sensaciones como la de llorar porque te hacen reír mucho e incluso la de llorar porque nos apetece, sin más razón…
B.Caamaño
Ya lo decía allá por el S.XVII Calderón de la Barca... ¡Y cómo lo decía!
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.